Una de las preguntas que nos trasladan nuestros clientes es la siguiente: ¿Qué color debe tener vuestro yogur con fresa? Es la primera vez que lo compramos y ese tono marronáceo …? Esta semana nos han vuelto a preguntar. Nos parece muy interesante que nuestros clientes se preocupen de lo que consumen y se pregunten sobre el porqué de las cosas y que además esas dudas sean trasladadas hasta nosotros.
Muchas veces comemos sin pensar en lo que estamos comiendo. No cuestionamos ni siquiera el porqué son las cosas, cuando en realidad tienen una explicación. A nosotros nos gusta la gente que hace preguntas.
En Mahala intentamos elaborar nuestros yogures de la manera más natural posible. En el caso del yogur con fresa añadimos el puré de fresa a la leche de vaca. Por lo cual, el yogur adquiere el color de las fresas y por eso decimos que hacemos yogures con fresa y no yogures con sabor a fresa. En el mercado actual estamos acostumbrados a relacionar el color rosa con los sabores de fresa. Nos parece que todo aquel que dice que es de fresa tiene que ser del color rosa. Ese tono rosa que conocemos, de todas formas, está logrado a base de colorantes y otros aditivos sintéticos y nosotros lo que buscamos es un color natural de fresa. Las fresas no son rosas. ¿Alguien tiene alguna duda al respecto?
La mezcla de la fresa con la leche nos da un tono rosáceo tirando a tonos marrones. Pero cuando los pigmentos de la fresa contactan con el oxígeno este tono se vuelve más marrón, al menos que se evite utilizando algún aditivo. Ese es el color natural de un yogur de fresa.
A pesar de todo, nosotros también buscamos que el color del yogur de fresa resulte apetecible y bonito a la vista. Además del puré de fresas añadimos una cantidad de frambuesa y de moras. La oxidación de estas frutas en el yogur es más lenta que la de la fresa. Con pequeños trucos conseguimos que nuestros yogures sean más atractivos, manteniendo a la vez la naturalidad y la frescura del producto.